CAZADORES DE MITOS: EL ACERO INOXIDABLE NO SE VERÁ AFECTADO POR LA CORROSIÓN.

El Mito: “El acero inoxidable nunca se ve afectado por la corrosión.”

La realidad: todo tipo de acero inoxidable se puede oxidar cuando se encuentre en malas condiciones. Sin embargo, cabe destacar, que rara vez nos encontraremos ante corrosión uniforme o general, porque en la mayoría de los casos estaremos ante corrosión por picaduras o grietas. Tanto unas como otras, surgen como consecuencia de un daño en la capa pasivada (la película protectora contra la acción de los agentes externos), o bien durante la repasivación.

El acero con un contenido mínimo de cromo (Cr) del 10,5% se conoce como "acero inoxidable". El acero inoxidable tiene la capacidad de crear una capa protectora de óxido de cromo, también conocida como "capa pasivada". Otros elementos de aleación como el níquel (Ni), el molibdeno (Mo) o el niobio (Nb) ayudan a aumentar la resistencia a la corrosión.

La corrosión por grietas se produce como resultado de la falta de oxígeno, durante la repasivación. Un ejemplo típico es que aparece debajo de la cabeza del perno.

La corrosión por picaduras puede ocurrir cuando la capa pasivada se daña localmente. El acero desprotegido se convierte en ánodo, mientras que el material que está cubierto por la capa de pasivación actúa como cátodo. Luego, el proceso de corrosión avanzará de manera similar a la propia de la corrosión galvánica.

Los entornos ricos en cloruros, como el agua de mar, así como los entornos ácidos y las altas temperaturas, siempre aumentarán el riesgo de que se produzcan problemas de corrosión.

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